Esta mujer se afana en poder vislumbrar algo, pero parece que no ve nada. Y es que no hay nadie, tan solo el vacío de un barrio sin vida. No hay personas, luego no hay actividad, quién va a querer vivir así, nadie. De nada sirve crear espacios culturales para los que no son del barrio, si éstos lo que reclaman son infraestructuras y servicios para hacer atractivo su barrio. Mientras no haya incentivos no habrá nuevos moradores y los que quedan se ahogaran en esa soledad que lo único que perciben son los espíritus que en su día llenaron de vida sus tortuosas calles.
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