Y es lo que parece en esta imagen nuestros aviones, flotando entre algodones. Realmente para los que vuelan es una suerte contemplar en infinidad de ocasiones paisajes y situaciones que son irreproducibles en tierra. Y esa es una de las grandezas del poder volar, ver y sentir sensaciones que de otra manera no se pueden tener. Privilegio que solo tienen unos pocos y que saben valorar como un gran tesoro. Desgraciadamente no suele haber muchas situaciones como esta para poder disfrutar del vuelo pues todo pasa muy deprisa y hay que atender muchas cosas bastante menos prosaicas.
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