Con este rimbombante nombre se celebraron en Mérida en 1988, unas jornadas de acercamiento y comunicación entre el Ejército y la sociedad civil en la capital autonómica. Era otro paso más para abrir el mundo de la milicia al resto de los ciudadanos, y no se repararon en medios. Hubo que desmontar un avión y trasladarlo por carretera a Mérida y una vez allí montarlo y exponer el material aeronáutico en las proximidades del circo romano. Esto conllevaba un despliegue logístico considerable y un esfuerzo importante para los especialistas que lo acometieron.
La imagen superior muestra el avión instalado en una esplanada para su contemplación. La siguiente imagen después del texto, muestra el momento del izado del fuselaje del avión a una batea para su traslado. La siguiente, muestra el convoy de camino a Mérida y la última es una vista panorámica de la exposición situada entre el Museo Nacional de Arte Romano y el Circo.
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