La Plaza de los Alféreces Provisionales, definida ya en el plan Cort de 1943, fue en principio ocupada por chalets de lujo para rápidamente dar paso a bloques de vivienda. La plaza Grande, como se denominó hasta 1963, se planteaba como un amplio espacio rectangular rodeado de pórticos por lo que se obligaba a todos los inmuebles que lo circundaran a disponer dicho aportalamiento. Esta circunstancia provocó conflictos estéticos, y finalmente unas décadas después se decidió anular dicho carácter tradicional para favorecer el desarrollo de la plaza.
La plaza de los Alféreces estuvo apisonada con tierra hasta los años setenta, en que se presentó un proyecto de pavimentación polémico y de lenta ejecución debido a la oposición vecinal. El proyecto incluía unas losas de mármol y unas zonas verdes, y planteaba ya la posibilidad de crear un aparcamiento subterráneo, que no se haría realidad hasta veinticinco años después. Los vecinos estaban obligados a pagar parte de esta urbanización, a lo que se opusieron debido al alto presupuesto que rondaba los tres millones y medio de pesetas. Al final consiguieron que el Ayuntamiento presentase un proyecto algo más modesto, con baldosas especiales con dibujo en relieve, y cuyas obras se adjudicó en 1975 el señor Zafra Viola por 3.313.933 pesetas. (Extraído del libro "El urbanismo en Badajoz a través de la prensa 1900-1975" de José-Manuel González González).
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