Hace varias generaciones cuando en este puente había pintada una raya blanca en el suelo que establecía la frontera entre España y Portugal y se cerraban las fronteras a las doce de la noche con sendas cadenas a ambos lados del viejo puente, los pacenses acudíamos todos los sábados al vecino país a comprar al destartalado bazar Arcoiris los juegos de sábanas y las porcelanas de Macao, comprar dulces a la pastelería Primor y tomar café en los soportales del Casino. Los mochileros hicieron del contrabando de café y tabaco una leyenda y nuestros vecinos lusitanos venían a por las muñecas y juguetes de Las Tres Campanas y el bacalao de La Perla. Era una relación comercial basada en las carencias. Hoy ya no está pintada la famosa raya y circulamos libremente. Por suerte los trasiego entre los dos países son de carácter lúdico. Pero a pesar de ello sigue habiendo ciertas reticencias, sobre todo de nosotros hacia ellos, que impiden una fluidez natural en nuestras relaciones entre dos países que su destino es, por muchas razones, entenderse fraternalmente.
lunes, 24 de mayo de 2021
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Me encanta la fotografía y sobre todo en blanco y negro de temas costumbristas. Por ello esta colección del portugués Antonio Passaporte ...
-
Plaza de Minayo Escaleras de acceso a la memoria de Menacho Plaza de la Libertad En primer plano viviendas de Santa Marina, en el centro la ...
-
En la calle República Argentina entre los números 14 y 16 se encuentra un local que se abrió a mediados de los 80 que para mi familia, vec...
No hay comentarios:
Publicar un comentario