Entrada del agua en la fábrica de la luz
Salida del agua por el canal de los Ayala
Nuestra ciudad no esta precisamente sobrada de patrimonio industrial arquitectónico, por lo que el poco que queda debía estar mas que reconocido y protegido.
A principios del siglo XX, entre 1905 y 1910, en nuestra ciudad surge la necesidad de adaptarse a los tiempos y contar con electricidad como ocurría en otras ciudades de nuestro país. Surge una iniciativa privada que pretende electrificar nuestra ciudad. El proyecto pretende aprovechar el caudal del río Guadiana para mover unas turbinas que generen electricidad. Para ello se hace una represa, La Pesquera, que reconduce las aguas del Gevora-Guadiana hacia una embocadura moviendo unas palas de unas grandes ruedas que a su vez mueven unas turbinas que generan la electricidad. Las aguas después de pasar por la central vuelven al curso del Guadiana a través del Canal de los Ayala. Pero la energía producida tiene que transportarse hasta el otro lado del río, que es donde vive la mayor parte de la ciudad. Para ello se construyen en las orillas y el propio lecho del río unos pilares que sostenían las torres del tendido eléctrico que llevaba la electricidad a la ciudad. Este tendido entraba a la ciudad en las proximidades de la Ermita de Pajaritos y de ahí se ramificaba por toda la población.
Hoy de todo eso queda la fábrica en ruinas, el canal y un solo pilar de los más de 20 que existieron. Hubo un proyecto, cuando la CHG realiza las obras para rehabilitar las riberas y acondicionar las orillas del río, para restaurar la fábrica y convertirla en un Centro de Interpretación del río Guadiana pero no prosperó. Amigos de Badajoz pretendió que allí se ubicara el Museo de las Ciencias y Tecnología pero tampoco fue adelante. Sobre el canal se construyo una pasarela y se derribaron impunemente los últimos pilares en el río del antiguo tendido eléctrico por parte de la CHG en las obras de 2011.
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